La rocosa y escarpada costa, las bahías de arena más inaccesibles, pero también el esplendor de villas de lujo y hoteles exclusivos. La Costa Azul tiene su propia atmósfera y un encanto único: los amplios paseos marítimos, el buen tiempo, los callejones de las ciudades antiguas, las vistas increíbles desde carreteras montañosas conocidas como les Corniches, así como muchos de los museos y galerías de arte. Hace años residieron aquí muchos artistas, especialmente pintores, como Pablo Picasso, Auguste Renoir y Marc Chagall, así como los escritores polacos: Witold Gombrowicz y Slawomir Mrozek.
El mar Mediterráneo es el mar más claro de Europa. Su color es causado por la transparencia del agua. Su aspecto cambia según el color del cielo, la luz, el fondo y la profundidad del agua. Pero la Riviera Francesa no es sólo mar. Vale la pena explorar el interior, porque detrás de la costa bulliciosa, comienza una tierra salvaje, los Alpes Marítimos, con numerosas gargantas, acantilados, rocas y pequeños pueblos, escondidos en los profundos valles o en colinas empinadas. En la parte occidental de la región se encuentra el macizo de Esterel, de color rojo y vegetación seca.
Aunque históricamente la Riviera Francesa forma parte de la Provenza, a menudo se la trata como una región separada. Su complicada historia tiene una influencia significativa sobre el patrimonio cultural. Las arenas romanas de la época de Julio César y Augusto se encuentran en un barrio de Niza – Cimiez, así como en Frejus. Al cristianismo, que apareció aquí en el siglo III, debemos numerosas catedrales e iglesias, mientras que las estructuras defensivas aparecieron cuando el Condado de Niza fue anexionado hace más de 500 años por el Ducado de Saboya (después por el Reino de Cerdeña). Aquí encontramos también una gran cantidad de museos, gracias a la presencia en la región de muchos artistas de fama mundial.
Niza, la capital de la Costa Azul, debe a su sitio y a un clima excepcionalmente suave y espectacular, su desarrollo tardío. La quinta ciudad más grande de Francia, ubicada a orillas de una de las bahías más hermosas de Europa, ofrece a los visitantes el encanto de la arquitectura barroca y la locura del ambiente internacional.
En los años 30 del siglo XIX Cannes fue "descubierto" por la aristocracia inglesa
y francesa como un destino popular de vacaciones.
La verdadera fama llegaría
a la ciudad, sin embargo,
por el prestigioso Festival Internacional del Cine, que
se celebra anualmente desde 1946.
El Principado de Mónaco
es la esencia de la Costa Azul, con sus palacios de estilo rococó, los jardines exuberantes, el casino de fama mundial y la distinguida familia principesca. Los hoteles de lujo, las boutiques exclusivas y el Gran Premio
de Fórmula 1 lo convierten
en un destino favorito de ricos y famosos de todo el mundo.
Colgado en la roca costera
a una altura de 429 metros, este pueblo fortificado medieval es uno de los lugares más bonitos de la Costa Azul. Los callejones empinados
y tortuosos, y también
la vegetación exuberante del Jardín Exótico, que crece sobre las ruinas del castillo, hacen que la visita a Eze puede ser una experiencia inolvidable.
Saint-Paul-de-Vence
es un pueblo bien conservado en una colina, rodeado
de murallas del siglo XVI. Aunque pequeño, ha ganado
una fama internacional gracias a un repertorio impresionante de los artistas y los escritores que han vivido y trabajado aquí, y también gracias
a uno de los museos más importantes de arte moderno – la Fondation Maeght.
Este viejo pueblo pesquero cuenta entre sus encantos
con el mayor puerto deportivo de Europa, playas doradas
y un pintoresco centro histórico con boutiques, restaurantes y el bullicioso mercado provenzal. Pero el motivo principal de la visita
es el Museo Picasso, ubicado en un antiguo castillo asomado al mar, donde el pintor creó algunas de sus obras maestras.
Una de las estampas más impresionantes de la Costa Azul: arriba, el cielo azul,
en medio, casas color albaricoque que trepan
por la ladera y, abajo, el mar color turquesa. Menton es
la localidad más cálida de la Costa Azul. Con este clima las plantas tropicales florecen todo el año, lo que ha llevado
a comparar esta localidad
con el Jardín del Edén.
Este magnífico pueblo medieval, rodeado de murallas y dominado por el antiguo castillo, caracterizan las pequeñas y sinuosas calles empedradas, pasillos cubiertos y las casas de los siglos XV
y XVII. El Museo-Castillo Grimaldi es una fortaleza
de principios del siglo XIV, luego reconstruida en estilo barroco y transformada
en un palacio.
El casco antiguo, concentrado en un área pequeña y ubicado en una pendiente inclinada,
es un laberinto de callejones
y escaleras. La ciudad tiene
un microclima que facilita
el cultivo de flores, de las que se compone hermosos aromas. Hoy en día, existen en Grasse cerca de cuarenta fábricas
de perfumes, como Fragonard, Molinard o Galimard.
Licencia de Guía Nacional: Carte n° GC 14/06/018 P
SIREN 810 116 749
d.maria.wojcik@gmail.com
+33 (0)6 35 52 62 51